A la muerte de Iparraguirre (Juan V. Araquistain)
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IPARRAGUIRREYEL ÁRBOL DE GUERNICABIBLIOTECA BASCONGADA DE FERMÍN HERRÁNTOMO II.B I L B A OImprenta de la BIBLIOTECA BASCONGAD,AMüller y Zavaleta, Gran Vía 241896LA MUERTE DE IPARRAGUIRREA LA MUERTE DEL GRAN POETA Y ÚLTIMO BARDO VASCONGADOD. JOSÉ MARÍA DE IPARRAGUIRREYa no existe el gran bardo que arrastrabaPalpitantes las almas tras su acento.Despertando el dolor o la alegría,Con estro heroico, o fúnebre lamento.Al contemplar la patria que le inspira,Doblada la cerviz, y el alma en duelo,Rompió en pedazos la armoniosa liraY fue a buscar la tumba por consuelo!Como el profeta de Salem, que vinoPara anunciar la patria desventura,Cayendo bajo el golpe del destinoPor no mirar sus horas de amargura.Nació también el bardo vascongadoPara entonar al par de sus hazañas,Sobre el sepulcro de sus fueros santosEl canto funeral de las montañas.Y como último bardo de su razaPuso Aitor su arpa santa entre sus manos,Ese instrumento que inspiró a CantabriaEl cántico triunfal de los romanos;El mismo que llevaron a los AlpesAl partir con Aníbal sus guerreros;El mismo que escucharon con espantoDel Franco los vencidos caballeros!Y encendido el espíritu valienteDel gran poeta con su influjo santo,Lanzó a los vientos con su voz potenteEl cantzoá del roble sacrosanto.De ese himno que repite todo un pueblo,Y entonarán sus hijos por doquiera,Mientras module el labio vascongadoLa limpia frase de la lengua Euskéra!E incansable su lira, no ha calladoMientras latió su corazón ardiente,Y en cantares sin par ha celebradoLa noble historia de la Euskara gente!Y viva encarnación del sentimientoDel pueblo en que nació, pasó sus díasUniendo siempre su inspirado acentoA sus triunfos, y penas, y alegrías!Mas ¡ay! como aquel genio a quien la GreciaDejó morir ingrata en la indigencia,Llenando de amargura con su olvidoLas horas de su lóbrega existenciaAsí también el bardo vascongadoQue tanto abrillantó su patria amada,Ha caído como errante peregrinoSin deudos, sin afectos, sin morada!¡Mas no importa! Ya el soplo de la muerteAcabó tu dolor y tus pesares,Y la gloria, besándote en la frente,Consagra en su alto templo tus altares!Descansa, pues, en paz en esta patriaQue embelleció tu numen soberano,Con esa lira cuyas cuerdas rotasNo vibrarán jamás como en tu mano;Y goza de tu gloria ¡Iparraguirre!Que ni el tiempo veloz que nunca para,Es capaz de borrar tu nombre insigneDe la memoria de la raza Euskára!JUAN V. ARAQUISTAIN.